Empezaba el año 2012 y yo empezaba mi primera experiencia laboral, aún siendo estudiante de la Universidad religiosa que no queda en el norte de Bogotá y no considera que la homosexualidad sea una enfermedad. Era mi práctica laboral y hacía no mucho acababa de pasar una agridulce Copa América. Un equipo defensivo, contragolpeador, sin mayor gracia pero aún así yo creía que la posibilidad de lograr un puesto de repechaje en las próximas eliminatorias al Mundial era un hecho, todo esto liderado por el siempre rupestre Hernan ‘Bolillo’ Gómez. Sin embargo, tras un paso fugaz de Leonel Álvarez, el año iniciaba con una noticia extraña: José Pékerman nuevo DT de la selección Colombia.
“Bueno, vamos a ver qué pasa con este man” fue mi reacción, ya el Tata Martino había dicho que no, y pues queríamos un técnico internacional. Lo primero que recordé, que la prensa también se encargó de mencionar, fue el hecho que este DT sí juega con un ’10’ junto con una nota de Macnelly Torres diciendo “Sé que voy a estar en esta selección”. Y sí, este tipo, a la larga, tenía razón.
Pékerman empezó a probar en una primera etapa, viendo a sus jugadores y tratando de sacar algo de punticos en los partidos de Eliminatorias que se venían y que además eran de visitante. El DT fue conservador. Contra Perú, en Lima, paró el siguiente equipo:
¿3 centrales?, bueno tiene sentido, Zúñiga no estaba disponible y era una forma de ubicar a un joven Cuadrado con el ‘respaldo’ de Amaranto Perea. Colombia esperaba atrás con un 5-4-1 junto con Armero y Cuadrado. El profe situó su defensa cerca del portero y con el trabajo de Guarín y Sánchez fue suficiente para contener los ataques peruanos. El compromismo de James y Pabón era el de cubrir a los laterales rivales para evitar quele hicieran superioridad numerica a los marcadores de punta colombianos.
Colombia mandaba pelotazos largos a ver qué salía de contra, nada atractivo el juego de la selección y parecía que volvíamos a la era Bolillo. Los carrileros no fueron profundos, y como el equipo estaba tan pendiente de defender, el equipo se partía y a la hora de atacar se quedaba corto y recurrió a ese desagradable balón largo. “¿Cómo así que no tenemos con qué proponer juego?¿Otra vez a contraatacar? Qué pereza de nuevo equipo ‘amarrete’.
Y pues bueno, Colombia ganó el partido, con un gol encontrado de James pero la sensación que quedó no fue buena.
Luego llegó el partido contra Ecuador, un equipo diferente, más físico y rápido que Perú. “Vamos a ver qué pasa”, “Apenas lleva un partido”, “Raro, porque contra México, amistoso y todo, Colombia mostró algo de juego asociativo”; Pékerman paró allá en Ecuador el siguiente equipo:
Esta vez Pékerman optó por el 4-1-4-1 (4-3-2-1) que tanto usó el Bolillo, sólo que sin la solidez que tuvo en la Copa América. El profe decidió esperar en su propia mitad de la cancha para cubrir espacios, con Sánchez como volante ancla metiéndose entre los centrales dejandole toda la presión a Guarín y a Soto (que no son especialmente rápidos ni destructores de juego) y a James con Dórlan marcando los costados pero sin la profundidad necesaria para contrarrestar a los rápidos y ofensivos laterales ecuatorianos Ayoví y Paredes.
Ofensivamente, el guión fue prácticamente el mismo del partido anterior: A falta de buenas combinaciones de pases en el medio del campo la estrategia fue enviar pelotazos largos y tratar de ver qué se pescaba arriba con Falcao, James y Pabón. El aporte ofensivo de Soto y Guarín fue muy poco ya que cualquier proyección en ataque de ellos significaba perder equilibrio a la hora de defender.
En conclusión, se empezaban a notar varios problemas en la nómina: Si no es Zúñiga, ¿entonces quién?¿ Perea? pues no hay más… No tuvo Amaranto un buen partido y salió lesionado, dándole paso a Zúñiga que estaba recién recuperado de una lesión; este problema se evidenciará más adelante en este diario (Capítulo: Se juntaron el hambre y las ganas de comer). Otro inconveniente era la poca cabeza fría en el medio campo que mostraba Guarín con sus constantes malas entregas y poco control de los tiempos del juego. A estos líos, súmele a Dorlan Pabón con sus malas decisiones en el campo, todas motivadas por su egoísmo en cancha.
Finalmente Colombia perdió y dejó, de nuevo, una mala sensación. Recuerdo las palabras de mi papá en ese momento: “Este argentino vino fue a robarse la plata”… ‘juepucha’ y “¿ahora qué?¿otra eliminatoria chimba?”…
Glosario:
1. Juepucha: Exclamación eufemística del “Hijo de puta” ó el “Hijueputa”
2. Amarrete: Adjetivo propio de un equipo o DT que no considera que tiene recursos para desplegar una estrategia de juego ofensiva y prefiere reaccionar a partir del esfuerzo en ataque del equipo rival (ejemplo, Jorge Luis Pinto o Claudio Ranieri)
3. Chimbo, Chimba: Adjetivo y sutantivo, en este caso usado como adjetivo para describir algo mediocre que no cumple las expectativas.
Bibliografía:
– footballtactics.net para hacer los dibujitos tácticos, excelente herramienta
Deja un comentario