Se acabó la Copa América y el tema de selección Colombia va perdiendo relevancia; Pero ya casi empieza nuestro FPC y las pre temporadas de las ligas Europeas junto con rumores de transferencias que suenan en todo lado y levantan humo en cantidades colosales. Tampoco faltan los rumores que pareciera que levantan polvo o, en su peor caso, heridas profundas en el corazón de los que algún día pusimos nuestra admiración e ilusión en ciertos jugadores que, con el paso del tiempo, nos defraudaron y nos hicieron quedar mal con todo el mundo porque los defendimos a muerte. Sin embargo, ellos serán como esa pareja desgraciada a la que siempre le daremos una oportunidad más, porque el romanticismo nos pudo, sus grandes jugadas y efímeras actuaciones nos enamoraron y al final tratamos de olvidarlos, aunque nunca lo lograremos del todo.
En esta ocasión les contaré los míos, los describiré sin decir el nombre y ustedes hagan el ejercicio de adivinar quiénes son mientras van leyendo a ver si le pegan al perro.
Vale la pena aclarar que mi lista es aún corta debido a mi juventud y me faltan por sufrir varias desilusiones más.
1. Colombia no es tierra de grandes cobradores de balones quietos, quizá los señores que saben qué significan las palabras antígeno prostático recuerdan uno que otro, pero después de Marquitos Col, el que hiciera un gol olímpico se ganaría el corazón de varios. Hubo, o mejor, hay por ahí un Antioqueño, cuya posición en el campo nunca pudieron encontrar los seleccionadores nacionales y que siempre estuvo a la sombra de los súper trascendentales ‘nuevos Pibes Valderramas’ de la época como Víctor Pacheco, Tressor Moreno, Gio Hernández, Valentierra o David Ferreira.
No era un ’10’ clásico, de hecho algunos visionarios compararían su zurda y sus movimientos en el campo con los de James Rodríguez; quizá él fue un adelantado a su época y por eso no fue relevante en el paradigma del fútbol local en esos tiempos. Él marcaba goles desde varias posiciones de tiro libre y media distancia, su pegada era infalible, y esa característica siempre la quise en la selección. Con el tiempo él llegó a ligas difíciles de seguir, unas grandes, otras chicas y aunque la lejanía nunca borró su calidad, sí desvaneció su oportunidad en la Selección de mayores.
2. El fútbol profesional Colombiano no es la mejor cuna para jugadores ‘gomelos’ de clase media alta o alta. Tal vez a los DTs les gusta más que sus jugadores batallen en el campo con la necesidad de ganarse el plato de comida y sacar a su familia adelante. Tal vez a ellos les gusta más que sus futbolistas no tengan otra opción, que el fútbol sea lo único y lo den todo por eso.
A mis 14 o 15 años (haga usted la matemática, hoy tengo 24) recuerdo a un juvenil, un ‘8’ de la capital Cundinamarqueza, un verdadero volante ‘box to box’, inteligente, aguerrido, calidoso y hasta bien parecido, no como el criollazo de Pimentel.
No sin antes haber cometido embarradas Wilder-Medinísticas, en un combinado sub-20 juvenil él destacó más que muchos de los que hoy son figuras en Europa y Selección Colombia; eso lo llevó a pasar desapercibido al Mar del Plata y terminar recalando en el fútbol Estadounidense, donde brilló y tuvo la oportunidad de jugar en Europa. Recuerdo que jugó Champions League, fue ídolo de su club, y tuvo algún chance en Selección Colombia, pero la suerte y sus futuras decisiones lo llevarían al olvido. Hoy no se sabe si volverá a jugar o si le interese del todo, al fin al cabo, él no necesitaba jugar al fútbol para ganarse la vida.
3. A diferencia de la época del Tino Asprilla, el fútbol moderno no perdona la indisciplina, la irresponsabilidad y mucho menos a los jugadores pasados de ‘guarilaques’, especialmente en Europa, o si no pregúntenle a Dayro Moreno (que casi llega a esta lista).
Jugaba de ’10’, segunda punta, o extremo; rápido, con una gambeta sencilla pero terriblemente efectiva y con una pegada magnífica… era un crack. Él le daba al balón seco, los disparos potentes y directos sin comba eran lo suyo y su sello fue un golazo ante Argentina, que aunque no fue de él, no se se le atribuye a nadie diferente al Cartagenero. En una época sin genialidades, él era ese diamante que todos queríamos ver en la selección de mayores.
Con el tiempo, él pasó por grandes de Europa aunque en ligas difíciles de seguir pero yo hacía el esfuerzo de buscar transmisiones en todo el Internet para poderlo ver jugar. Me repetía compilados de sus golazos en YouTube para recordarme a mi mismo que, a pesar de sus fracasos, él era el indicado para volver a ver fútbol hermoso en mi selección. Su historia en esos varios clubes fue la misma: grandes comienzos, lesiones, cambios de técnicos, indisciplina y finalmente fracasos. Me desilusionó tantas veces que con el tiempo lo olvidé. Sin embargo, siempre algún vendedor de humo me lo recuerda diciendo que jugará en el Junior, en Nacional o en Millonarios. Su regreso a Colombia ya se dio, y no fue algo digno de recordar.
Glosario:
1. FPC, siglas del Fútbol Profesional Colombiano.
2. Gomelo, adjetivo Colombiano para referirse a una persona que es o pretende ser de una clase social superior a la de la gente que lo rodea.
3. Box to Box, término inglés para identificar a un mediocampista que, gracias a su fondo físico, es capaz de ser relevante en las dos áreas del campo. Es decir, ataca y defiende por igual. Arturo Vidal es un ejemplo en Chile Campeón.
4. Guarilaque, sinónimo de trago de aguardiente o de cualquier otro licor de baja calidad.
Bueno, para ustedes ¿Qué jugadores fueron? ¿qué jugadores les han roto el corazón a ustedes? Pueden comentar abajito y compartir el artículo si les gustó. También pueden seguirme en @SantiCabG en Twitter y escribirme para ver si le pegaron.
Las respuestas estarán publicadas en la siguiente parte de esta entrada.
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