Vuelve la selección Colombia, con o sin permiso de los señores feudos del fútbol mundial. Al parecer las ligas europeas, económicamente imponentes, son más poderosas que el presidente de la FIFA y la pobre CONMEBOL tiene que doblegarse o exponer a sus futbolistas a castigos y malentendidos. El fútbol internacional se parece a cierto país que conozco…

En ese país, el presidente no manda -de verdad-, tiene poderes económicos que le dan órdenes y los que pagan los platos rotos son los pobres que trabajan de sol a sol; carentes de la posibilidad de alzar la voz sin ser silenciados a las malas. Les doy otra pista… ese país empieza con P de “Economía Naranja” y es adicto al reggaetón y las discotecas temáticas mexicanas.

Lo importante es que se vienen tres partidos seguidos de Eliminatorias y empezamos contra Bolivia en La Paz.


Bolivia

La Bolivia de Farías

Para nadie es un secreto la ventaja que tiene Bolivia en La Paz; todos sabemos que esta selección sale a presionar, a mover al rival y aprovechar la falta de oxígeno en el rival. Es un requisito saber explotar esta ventaja para cualquier cuerpo técnico que pretenda dirigir a la selección boliviana. Sin embargo, la personalidad del DT César Farías es la idónea para imprimirle la intensidad de juego necesaria a esta selección en su tierra.

Con el estadio vacío por pandemia, se evidenció que el entrenador venezolano grita más que cualquier otra persona en la cancha; él dirige cuándo replegarse, presionar, en qué momento controlar la posesión y cómo atacar. Básicamente, Farías es, para la selección boliviana, lo mismo que el sector bancario para la Superindendencia Financiera en Colombia. Inclusive, el técnico venezolano se encarga de amedrentar a los rivales; igual que el sector bancario con otros gremios.

Su equipo en La Paz

Con buen desempeño ofensivo, esta selección apenas ha conseguido 3 de 9 puntos jugados en su casa. A pesar de marcar goles en sus tres encuentros, no ha logrado sacar el arco en cero, esto debido a ocasionales ingenuidades defensivas y por su ánimo ofensivo para desgastar al rival.

El 4-2-3-1 ha sido el sistema de este cuerpo técnico. En ataque, buscan abrir la cancha con un extremo mientras que alternan la salida de sus laterales; simultáneamente el extremo opuesto, el enganche, un volante de primera línea y el centrodelantero se posicionan en el área para rematar o pelear la segunda jugada.

La segunda jugada es la ocasión que se presenta cuando un rival realiza un despeje o un balón queda suelto tras una disputa de la pelota. El cuerpo técnico boliviano persiste en la intensidad de su equipo para aprovechar este concepto, reiniciar ataques continuamente y no dejar descansar al rival.

En defensa, ellos también sufren el cansancio natural de La Paz y de presionar constantemente al rival y su bloque defensivo pierde solidez y reacción. Así mismo, cuando no logran presionar al rival en el mediocampo y se ven obligados a replegarse en propio campo, salen a relucir los problemas defensivos que muestran cuando juegan afuera de su país.

Consecuentemente, y como lo demostraron Leonel y don José, puede ser más fructífero plantear un partido sólido en defensa pero sin ceder totalmente la posibilidad de marcar goles. Es prácticamente una garantía que vamos a recibir, al menos, un gol; pero debemos aprovechar los espacios que Bolivia va a conceder, en su búsqueda ofensiva.


Claves para la victoria ante Bolivia

Las opciones de altura

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Nuestra geografía ha sido un impedimento histórico para la infraestructura vial, para tener una idiosincrasia unificada y para combatir el narcotráfico y su nexo con grupos guerrilleros. Sin embargo, este país de montañas, selvas y terrenos inhóspitos nos da la variedad de deportistas que gozamos, desde el ciclismo hasta el fútbol, sin invertir un peso.

Nuestra variedad de sedes nos brinda la posibilidad de tener jugadores habituados a la competencia en Bogotá, Pachuca, Cuidad de México, con cierta adaptación a la altura. Esto nos da la posibilidad de no exponer tantos titulares de la selección a las condiciones extremas de La Paz.

Por un lado, jugadores como Murillo, Yairo, Tesillo y -quizás- Róger, están preparados para ser titulares en este difícil encuentro. En contraste, hay futbolistas que, a pesar de no estar habituados a jugar en la altura, difícilmente cederán un puesto en el equipo por su experiencia como Ospina y Cuadrado o por su importancia táctica como Barrios.

Finalmente, jugadores nuevos, como Andres Román, Andrés Llinás y Dairon Mosquera esperan aportar oxígeno al seleccionado de Rueda en esta exigente visita, al igual que el experimentado Alexander Mejía; sin embargo, su capacidad de respuesta frente al nivel fubtolístico de Eliminatorias es una incógnita que ni el profesor Rueda puede responder con certeza absoluta.

Adaptación rápida

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Como ya lo mencionamos, Bolivia avasalla al rival y sabe que los primeros minutos de ambos tiempos son fundamentales. Esos son los momentos en los que el visitante siente el golpe de la falta de oxígeno y cuando el balón es más extraño que nunca. Después de unos 15 ó 20 minutos, tengo entendido que entra un “segundo aire”, y adicionalmente, los movimientos tácticos se ajustan el futbolista se adapta un poco mejor al campo y al balón.

Así mismo, recibir un gol en esos primeros minutos, pone al visitante a buscar el empate y desgastarse aún más; Por lo tanto, esperemos que el -no tan efusivo- Reinaldo sepa transmitir ese orden a su equipo desde el camerino antes del pitazo inicial y en el entretiempo.

Marcelo Moreno Martins

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Marcelo Moreno Martins, conocido como el “Falcao Boliviano”, ha marcado en los tres partidos jugados en La Paz; y tiene todos los recursos para repetir en este partido. El capitán de la selección de Farías busca constantemente escapar de la marca de los zagueros centrales rivales, yendo a espacios libres o planteando duelos contra los marcadores de punta. Adicionalmente, sale del área para encontrarse con sus mediocampistas y ofrecerse en el área con llegadas “tardías” al área.

Una llegada tardía al área se da cuando el delantero deja de ser referencia para los defensas, permitiendo que mediocampistas ocupen su lugar en el área mientras él delantero busca sorprender en espacios diferentes para rematar al arco.

No me extrañaría ver a Marcelo buscando plantear duelos aéreos contra Andrés Román, que sería el defensa más vulnerable en este tipo de juego. Consecuentemente, la defensa debe estar atenta los movimientos de este jugador y evitar goles como los que el 9 boliviano marcó frente a Venezuela.

Terminar las jugadas

Hablando de los errores que cometió Venezuela, en su partido en Bolivia, uno de los más notorios fue la incapacidad de terminar las transiciones al ataque. Esto significa que el balón queda en manos del rival y la capacidad aeróbica para armar nuevamente el bloque defensivo del visitante es inexistente; por el contrario, la jugada ofensiva que finaliza en un gol, una falta, un saque de arco o de banda, le da tiempo al jugador para reincorporarse a sus trabajos defensivos.

Nuestros jugadores deben tener la inteligencia para decidir correctamente durante las pocas aventuras ofensivas que nos permitirá el rival en su cancha. Adicionalmente, la insistencia en este aspecto del juego debe venir del cuerpo técnico.

¿Cómo alcanzaremos la victoria contra Bolivia?, opine.

¿Cree usted que Tite nos facilitará la vida con alguna rotación de su nómina?, ¿o es mejor medirnos contra la Brasil titular sobrada?.

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