De nuevo se sentía esa tensión y ese afán de la gente en la calle para llegar a sus casas; poseídos por Satanás, los carros peleaban en las calles, las motos parecían enjambres de abejas asesinas energúmenas y los moralistas ciclistas bogotanos pasaban por encima de los peatones y las normas de tránsito, era el último y más bajo círculo del infierno. En realidad parecía cualquier otro viernes de quincena en Bogotá, jugara o no la selección.
Claro, jugábamos contra Argentina, cuartos de final de Copa América y la idea inicial era no pasar a la segunda ronda del torneo como mejores terceros pero eso fue lo tocó y por supuesto lo lógico era que tuviéramos que enfrentarnos a un equipo duro, jodido y con Lionel Messi. Había cierta confianza por los, a veces, buenos resultados contra Argentina y no faltaba el personaje con aparente síndrome de Tourette que sólo sabe repetir “el 5-0, el 5-0, el 5-0”; , odioso.
Una hora antes del partido se conocía el once titular y Pékerman sorprendía con una titular extraña (Nada que ver con lo analizado en la entrada anterior).
En ataque, un inesperado 4-1-3-2 en el que Mejía era el único mediocampista de marca a cambio de tener 5 jugadores de ataque: un ’10’, dos extremos, un segundo punta y un centrodelantero.
Yo no sé qué estaba planeando don José, pero el esquema en fase ofensiva no funcionó; ni siquiera pude identificar cuál era la estrategia para atacar a los del ‘Tata’ Martino porque ellos con la presión que ejercieron a nuestros defensas y a los posibles receptores del balón nos jodieron. NOS JODIERON.
Venezuela y Perú se aprovecharon de nuestra carencia de gestación fútbol esperándonos en su propio campo, pero Argentina no sólo cortó opciones de pase sino que apretó a esos encargados de los primeros pases.
James no apareció, Teófilo fue un desastre perdiendo todos los balones que recibió en medio campo dejando al equipo muy mal parado y a Jackson lo borró Otamendi, impidiéndonos cualquier opción de pase largo.
Por otro lado, Cuadrado e Ibarbo tampoco tuvieron espacios para correr y gambetear (que es lo que ellos saben hacer, asociarse o tocar bajo presión en medio campo con tres rivales al frente de ellos no es su naturaleza).
La fase defensiva fue aun peor y fue en la que más nos encontramos gracias a las constantes pérdidas de balón en segundo cuarto de cancha. La gran idea del DT era que Argentina sólo atacaría por los costados y que Messi, marcado por Arias (con perfil cambiado), sería la única amenaza. Por eso el refuerzo en los costados de Cuadrado e Ibarbo abandonando al pobre Mejía en contención.
Pero no fue así, Messi se movió al centro y Javier Pastore atacó por la banda sacando a Arias de su ya incomoda posición y exponiendo a un solitario Mejía. Por la derecha sufrimos también pero Di María fue contenido entre Zúñiga y Juan Guillermo. Los centrales también supieron controlar a Agüero, eso hay que reconocerlo. Sin embargo, si Ospina no hubiera estado bendecido por los espíritus de Goku súper Sayayin nivel 4, Benji Price y Miguel Calero juntos, la goleada era inminente si no había cambios.
Ya cuando Arias y Mejía fueron amonestados y Teófilo dejó claro que no iba a aportar nada, el técnico metió a Edwin Cardona por Gutiérrez, terminó el primer tiempo sin conceder goles y para el segundo tiempo recompuso el equipo de la siguiente forma (incluyendo dos cambios más finalizando el partido):
Pékerman armó un 4-5-1 o un 4-2-3-1,en el que Cardona y James jugaron de interiores arropando un poco más a Mejía en defensa, Arias pasó a su costado dejando a Zúñiga por la izquierda (rol que conoce mucho más que Santiago). Con un sacrificado Cuadrado que ayudó mucho por su lado, un Cardona que apoyó lo que pudo en la marca a Messi y dos centrales muy concentrados pudimos cerrar la puerta atrás y no sufrimos tanto.
Si en ataque hubo tres jugadas, fue mucho; James estuvo desaparecido y Cardona fue el único que se atrevió a pensar algo diferente en la cancha, pero no fue suficiente. El partido terminó 0-0 y en la mezcla de azar, experiencia y técnica que son los penaltis, perdimos y quedamos eliminados en segunda ronda después de pasar la fase de grupos como mejor tercero. Hueso.
Pienso que ese no era el objetivo fijado por la federación y el equipo luego del gran mundial que hicieron y los grandes contratos comerciales que se firmaron gracias a esa actuación. Recordemos que el desempeño deportivo de la selección es la base para que el negocio de la federación sea fructífero, y que como toda empresa, si no se cumplen los objetivos, hay que revisar qué pasó y arreglar la situación para los retos venideros.
Tratemos de adelantarnos a ese análisis rápidamente:
¿Qué pasó?
- Claramente, hubo muchas lesiones y bajas del equipo base de las eliminatorias y la Copa del Mundo. Eso no es culpa de nadie.
- Sin embargo, desde la lista de 30 jugadores hubo muchas dudas (lea acá un artículo al respecto), sobre todo de la zona medular: el centro y el corazón del equipo.
- También, el cuerpo técnico se quedó corto a nivel táctico: Se quedó sin alternativas efectivas para el sistema que todos le estudiaron y le conocían. También la improvisación salió mal, faltó mayor capacidad de lectura y anticipación a los DT’s rivales. Raro en el viejo zorro don José.
- Para ser honestos, los cambios de equipos de varios de nuestros jugadores no favorecieron a la selección en términos de estilo de juego o continuidad. (James, Cuadrado, Mejía, Armero, Falcao, Ibarbo, Muriel, etc).
¿Cómo arreglarlo?
- No quedándonos más con lo bello que fue el Mundial: hay que apoyar al equipo y al cuerpo técnico pero HAY QUE EXIGIRLE más trabajo, más alternativas y evolución a su equipo. Para eso se aumentó el presupuesto y se les aumentó el salario a todos ellos.
- Mas allá de evolución táctica, es necesario refrescar las convocatorias en ciertas zonas del campo que fallaron en la Copa América y que no pueden seguir siendo debilidad del equipo para las Eliminatorias siguientes. Los rivales ya las conocen.
- Seguir apoyando al equipo, seguramente en Barranquilla el estadio Metropolitano estará a reventar cuando la selección empiece Eliminatorias, eso es indudable.
- Finalmente, a mi me gustaría que el equipo volviera a trabajar con bajo perfil y sin saberse superior a ningún equipo. Es mejor sorprender que crear tanta expectativa previa.
¿Ustedes qué opinan? Bienvenidas sus comentarios acerca del futuro inmediato de nuestra selección, y si les gustó el artículo compartan y estén pendientes de nuevos artículos.
Bibliografía
– footballtactics.net para hacer los dibujitos tácticos, excelente herramienta.
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