Marzo, el mes de La Semana Santa. Esa semana en la que los agnósticos y ateos estratégicamente olvidan sus convicciones ideológicas para pegarse al paseo con todas sus creyentes y religiosas tías. Melgar, Girardot, Anapoima, Chinácota, Villavicencio, Medellín, Cartagena, Santa Marta, San Andrés y cualquier otra ciudad o municipio recibe al ciudadano Bogotano que busca, básicamente, una piscina como excusa para observar a sus compañeras de trabajo, de estudio, o a sus primas en bikini, y ¿por qué no a cualquier desconocida? Creyentes o no, ‘pubertos’ o adultos mayores, todos usamos gafas oscuras, no precisamente para protegernos del sol, sino para balancear y dilatar sigilosamente nuestras córneas, desesperadamente, para analizar nuestro entorno piscinero y ubicar a esa dama que observaremos todo el tiempo pero a la que no le vamos a hablar, porque nos da pena… o porque estamos con nuestras esposas.
En algunas ocasiones, hay que aguantarse la misa del Domingo de (Adrián) Ramos, en otras el Viacrusis del Viernes Santo, sin embargo, todo valdrá la pena por ella; por la mujer del ‘nuevo rico’ con ínfulas de traqueto, dueño de múltiples locales de ‘perfumes y tenis de marca’ en San Andresito.
Bueno, esta Semana Santa tenía un atractivo más: La fecha de Eliminatorias en la que nos enfrentaríamos contra Bolivia en La Paz. La selección se encontraba con la necesidad de sumar seis de seis puntos para empezar a pelear por un cupo para el mundial de Rusia 2018. No era tarea fácil pero don José, después de una sesión de entrenamientos durante un micro ciclo un par de semanas atrás, paró el siguiente equipo contra Bolivia:
Un 4-5-1 o un 4-3-3 en el que el DT decidió entregarle el balón a Bolivia para contragolpearlo con Cuadrado por la banda derecha, Bacca de centrodelantero ‘movedizo’, de pivote y como receptor de balones largos; y James con libertad para recoger el balón en el medio campo y sumarse al ataque desde el costado izquierdo hacia el centro. Durante el primer tiempo hubo una que otra incursión en ataque de los laterales, Farid y Steffan, pero tenían la instrucción de no desgastarse atacando; lo mismo con Sebastián Pérez.
Fueron pocas las veces que Colombia manejó el balón e hizo retroceder a su rival. Colombia atacó poco pero fue contundente gracias al esfuerzo físico de James, Bacca y Cuadrado que no escatimaron oxígeno para correr y buscar espacios para vulnerar la floja defensa Boliviana.
Con una mezcla entre un 4-5-1 y un 4-4-2, la idea de Pékerman era esperar, con un equipo corto, entre el primer y segundo cuarto de cancha, cerca a la media luna del área de Ospina. El cuerpo técnico ubicó a Guillermo Celis en el sector izquierdo para ofrecer cobertura y apoyo a Farid Díaz, función que cumplió Cuadrado por el otro costado, formando un 4-4-2 con Torres y Pérez en el centro del campo. James solo en algunos momentos se sumó al bloque defensivo para armar el 4-5-1 como volante por izquierda para que Celis se ubicara más cerca de Daniel Torres. El trabajo de la zona de contención de Don José tuvo problemas en la zona izquierda durante el primer tiempo, sin embargo, logró cancelar varias opciones de remate de media distancia y le facilitó el trabajo a la inedita defensa (3 debutantes en Eliminatorias).
Para el segundo tiempo, el DT Baldivieso identificó la falencia en marca en la zona izquierda de Celis y Díaz, así que recargó el juego por ese costado y agregó la opción del pase largo con el ingreso de Yazmani Duk: un 9 corpulento, un finalizador tradicional. Nuestro cuerpo técnico no previó tal situación y fuimos superados táctica, física y anímicamente sin tener la posibilidad de recuperar fútbol con el balón en los pies. Desplazando a Cuadrado a la izquierda y a Celis a la derecha, se logró neutralizar al ataque Boliviano, lastimosamente ya había llegado el empate. Sin embargo, al dejar atrás los contratiempos defensivos, Pékerman refrescó la delantera y ubicó a Cardona (que había ingresado como interior derecho) a jugar de ’10’; así volvieron los contragolpes, el control del juego y la gran recompensa… el gol del descuento.
Colombia dominó el partido, desde su planteamiento, dos tercios del encuentro. Es difícil que una defensa ‘primípara’ no cometa errores y por eso sufrimos más de lo necesario porque, para ser honestos, el cuerpo técnico planteó correctamente el partido, salvo por la demora en recomponer la única parte del engranaje defensivo que estaba fallando. Íbamos tres de seis puntos.
Marzo también es el mes en el que los papás de estudiantes en universidades privadas capitalinas sufren con el nuevo y obligatorio costo que deben asumir. El transporte, la matrícula, la comida, la vida social, las fotocopias o los materiales y ahora, como si fuera poco, el Festival Estéro Picnic. Aquel es el festival al que cierta parte de la población ansía ir para sentirse lo que no es; aquel en el que las amantes del repertorio tropical en sus discotecas de repente son amantes del ‘rock independiente’, donde las ya ejecutivas NO veinteañeras rasguñan los rezagos de su otrora irreverencia juvenil, donde los ideólogos Peñalosistas se olvidan del urbanismo y durante tres días son hippies amantes del pasto y el olor a marihuana (de repente son iguales a los ‘comunistas chirretes’ que tanto desprecian, esos que votaron por Rafa Pardo o peor aun por Gustavo Petro). Qué negocio se inventaron los organizadores de ese event! Marketing Aspiracional, literalmente, en toda su esencia.
Y así como la persona que pasa la mayor parte de su tiempo en corbata, o sastre de oficina, aspira a vestirse con ropa excéntrica sin que los miren raro en un festival de música alternativa, Pékerman aspiraba a obtener seis de seis puntos consiguiendo una victoria en Barranquilla, donde no había mostrado buen rendimiento, contra Ecuador, líder de la Eliminatoria. Entonces el DT sorprendía con el siguiente once titular:
El cuerpo técnico se la jugó por un flexible, y difícil de poner en números, 4-2-3-1/4-3-2-1/4-3-1-2. Este esquema, aunque un poco engañoso, fue conformado una defensa con dos centrales, a los que Daniel Torres se les incluía por el medio, para sacar el balón limpio desde propio campo y dos laterales que se ubicaban en la mitad del campo, con proyección ofensiva exclusivamente por el costado derecho con Santiago Arias, Faríd Díaz poco o nada.
Frente a la línea de 3 ‘defensas’ (incluyendo a Torres) se ubicaban dos interiores que recogían el balón y proporcionaban apoyo a lo largo y ancho de la cancha; Pérez y Cardona fueron ese alivio estomacal del que hablo en el capítulo anterior (recuérdelo acá), ellos dos se acercaban a los defensas y a Cuadrado y James, que estaban ubicados más adelante. Edwin Cardona tuvo la instrucción de sumarse al ataque y llegar al área desde el costado izquierdo. Nuestro ’10’ tuvo libertad para moverse por el sector indicado en el gráfico, también de intercambiar posición con el número ‘8’ y para llegar al área; Además, Cuadrado fue encargado exclusivamente de la banda derecha con posibilidad de llegar a posición de remate a gol.
Carlos Bacca estuvo encargado de generar espacios para sus compañeros ‘llegadores’ y para él mismo a las espaldas de los centrales rivales; fueron pocas las veces que lo vimos pivoteando en medio campo, sin embargo, cerca al área empezamos a gozar de una eficaz sociedad con James Rodríguez. Sociedad que resultó en el único gol del primer tiempo y varias opciones más para anotar.
Defensivamente, don José, trabajó dos instancias: un bloque de presión adelantada y otro de defensa cerca al área.
En la primera el DT usó un 4-4-2 en el que se obligaba a los generadores de desequilibrio Ecuatorianos (Valencia, Mena, Montero) a recibir el balón de espaldas, siempre con alguien junto a ellos para no permitirles voltearse o robarles el balón rápidamente. El bloque de presión funcionó y propició varias recuperaciones en la mitad del campo que generaron varios contragolpes rápidos.
Sin embargo, ese mismo equipo corto y ordenado, también supo retroceder cuando los rivales superaron dicha presión alta. En esa Fase Daniel Torres tuvo un papel fundamental; él cubria cualquier hueco en la defensa para que Zapata y Murillo pudieran buscar quitar balones sin preocuparse por los espacios a sus espaldas. Cardona y Pérez cubrieron la zona central del campo, Edwin con mayor participación en la zona izquierda. Cuadrado se mantuvo muy juicioso en su costado apoyando a Arias. Finalmente Bacca y James también cumplieron con su tarea de presionar y cubrir los espacios que cualquier rival pretendiera aprovechar desde su propio campo.
Para el segundo tiempo, antes que se acomodara la concentración Ecuatoriana, anotamos el segundo gol. Sin embargo, Pékerman volvió a sufrir por la falta marca en el costado izquierdo, especialmente con la proyección en ataque del lateral derecho, Paredes. Cardona ya no podía contener la salida del ecuatoriano y nos empezaron a arrinconar como en el partido anterior. Para esto, la solución fue la misma que hace un par de días: ubicar a Cuadrado (sustituido por Marlos Moreno) por zona izquierda y refrescar el ataque y el medio campo con Ramos (por Bacca) y Cuéllar (por Pérez). Con un 4-5-1 o un 4-2-3-1, dependiendo de la ubicación de Cardona (enganche o interior izquierdo), Colombia entregó la posesión del balón y se dedicó a contragolpear. Jugando de esa forma, más otra torpeza de la defensa visitante, logramos el tercer gol.
Tuvimos un partido redondo, o bueno… casi redondo. Al final, ya esperando el final del partido, encajamos un gol. El equipo se relajó un poco pero bueno, de nuevo Pékerman dominó, desde su estrategia, la mayor parte del partido y consiguió los puntos que tanto deseaba y necesitaba. Vale la pena recalcar que Ecuador no tomó las mejores decisiones para enfrentar a Colombia queriendo presionar arriba y descuidando lo que tan bien habían hecho otros en Barranquilla y Copa América: cerrarle los espacios a James, obligarlo a jugar de espaldas.
Se nos fue otro Marzo, uno alegre futbolísticamente hablando y empezamos a pensar en los objetivos que tendrá que trazarse la selección de cara a la Copa América Centenario y a lo verdaderamente importante, la siguiente fecha de Eliminatorias contra Venezuela en Barranquilla y Brasil en Manaos, en el medio del Amazonas.
Les agradezco por leer este extenso pero alegre capítulo. Recuerden que me pueden escribir a mi cuenta de Twitter @SantiCabG (no olviden seguirme) con todas sus opiniones y comentarios. También pueden decirme sobre qué tema les gustaría leer en #FútbolConTilde.
Un saludo y nos estamos leyendo.
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