La fanáticas temporales

Uno de los grandes fenómenos durante el mundial es la incorporación de las tías al espectáculo del fútbol. Ellas, que usualmente no muestran interés en el fútbol, que rara vez siguen a la selección, ahora visten sus camisetas tricolores de 1998, desempolvan sus pelucas del Pibe Valderrama y animan todos los partidos del equipo de todos. Estas pintorescas tías, especialistas en diminutivos -Falcaito, Jamesito, Cuadradito-, por fin entienden que nuestra pasión por el mundial es equivalente su emoción cuando el sumo pontífice pisó tierras colombianas.

Una vez, cada cuatro años, en las peluquerías, los salones de te, y las cafeterías de centro comercial, se habla de fútbol y no de “cómo se ha envejecido la niña Mencha” o de “cómo es de lindo el padresito del barrio”. Eso sí, apenas termine la participación de Colombia en el torneo, ellas vuelven a su estado normal; estado que retorna el rating televisivo a la novela de moda, Cristovisión y el canal de los casamientos reales.


Pudimos jugar, gracias a Pékerman.

Don José Pékerman ideó un 4-3-3 o un 4-3-2-1, conformado de la siguiente forma: Una defensa de cuatro hombres, con dos laterales ofensivos, mas no involucrados en los primeros pases, ubicados más adelante de los volantes; un pivote defensivo cobijado por dos volantes interiores (un ‘8’ natural y un ’10’ convertido); un mediapunta pegado a la raya derecha (Cuadrado) y el otro en la izquierda con la posibilidad de centralizar su posición para acercarse a los mediocampistas (James); finalmente, un centrodelantero movedizo, no tan estacionado entre los centrales rivales.

Fase ofensiva

Con ese módulo, la estrategia ofensiva era la de controlar, con posesión, el centro del campo con James, Quintero, Abel (Mateus) y Barrios para profundizar por los costados, especialmente el derecho, donde teníamos un “tándem” con Arias y Cuadrado. Después de profundizar, se buscaba encontrar a Falcao en el área o la llegada de uno de los mediocampistas de posesión.

Esta estrategia careció en generación de remates al arco, pero nos dio la posibilidad de sentirnos cómodos con la posesión del balón, ubicarnos en campo contrario, controlar el juego y de generar el primer gol.

Fase defensiva

Gracias al dominio territorial del juego, se facilitó la presión y, por consiguiente, la recuperación de balones en la mitad del campo; además, ese dominio alejó a Lewandoski de su sector de influencia y le hizo imposible competir en velocidad y fortaleza contra nuestros dos zagueros centrales. El cuerpo técnico ideó un sistema que hizo sentir a Mina y a Dávinson jugando con sus clubes: adelantados y lejos de su área..

Reinvención de Quintero.

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El fútbol moderno premia al volante mixto y quizás Juanfer no tuvo tanto éxito en Europa por evolucionar en ese tipo de jugador. Sin embargo, en este juegó él demostró que puede cumplir ese rol; aportando la calidad que le conocemos en la periferia del área rival, pero también sacrificio y organización defensiva en un módulo que requería su disposición para presionar y marcar. Si don José continúa promoviendo a Juanfer en ese rol, quizás su regreso a Europa esté más cerca que nunca.


Segundo tiempo.

Con el marcador a favor, se dio el escenario que más le conviene a don José: aguantar la embestida y contragolpear. Después de la carga Polaca y unos minutos de presión, encontramos los espacios para correr, pensar y definir. Sentenciamos el partido con dos anotaciones, aprovechando la velocidad atlética de Cuadrado y la mental de James y Quintero.

Redención de Cuadrado.

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Así como en la columna anterior critiqué el desempeño de Juan Guillermo, hoy quiero destacar el partido que tuvo. En esta ocasión, tuvo el criterio para pasar, gambetear, correr, marcar y chocar en el momento idóneo.

Como podemos ver en el gráfico, todo lo hizo en el lugar adecuado. Pasó el balón donde no podía comprometer la posesión; encaró cerca al área donde se hace intocable, remató cuando la jugada así lo requería y cortó muchísimo juego, siempre dándole una mano a Santi Arias.

Finalmente, su gran rendimiento estuvo recompensado por un gol. Quiero darle todo el mérito a él por entregarnos el mejor partido que ha jugado en la selección Colombia. [/one_half_last]

Se puede mejorar más.

En un partido así es difícil encontrar errores. Sin embargo es bueno hay un aspecto que podría costar caro si nuestros rivales lo identifican. En la imagen se nota la tendencia de inclinar el juego a una banda, usualmente en la que está Cuadrado; esto le restó chances posibilidades a Mojica, quien tuvo que lanzar y lanzar centros a falta de acompañamiento. Si a estos centros fallidos desde la izquierda, le sumamos la poca efectividad en balones largos, podríamos estar mostrando una debilidad que Senegal puede aprovechar. En cambio, si trabajamos esta área para mejorar, podríamos sorprender gratamente con un equipo aún mejor.


Pékerman y sus jugadores lograron mejorar el panorama de cara a la clasificación a la siguiente ronda del mundial. Aplaudo las medidas tomadas por el DT, la actitud de los jugadores y su desempeño en la cancha. Ojalá podamos seguir así y disfrutar más tiempo a nuestro equipo en este mundial tan loco.

Finalmente, Gracias por leer y no olviden compartir esta columna y blog (los botones de compartir están arriba) con todos sus amigos. Me alegra mucho que se hayan tomado el tiempo para leer este contenido que, con mucho gusto, realizo para ustedes. ¡Saludos!