Vendiendo y comprando humo, literalmente
En Colombia, los gustos gastronómicos se han refinado de una forma extraña. El fenómeno de las redes sociales ha convertido la experiencia de un restaurante en un protocolo frívolo, difícil de respetar. Ahora, en todo restaurante/bar/bistró/fritanguería tiene que existir un lugar para tomarse fotos con avisos de neón con frases como “borracha pero buena muchacha” ó “a falta de amor, un chicharrón por favor”.
De la misma manera, tiene que existir un coctel humeante con una hoja de romero; o una porción de sushi, dumpling, empanada o cualquier nimiedad en una mano de Buda hecha en cerámica. O en su defecto, un trozo de carne incendiado en llamas… Todo por el espectáculo de las fotos y las publicaciones de Instagram o TikTok.
Lo curioso es que pocas veces se conoce al benefactor de la velada. Aquel que patrocina. Porque uno sabe que si le llevan comida inflamable a la mesa, la cuenta será una tercera parte del Salario Mínimo Legal Vigente. Por lo tanto, si el ‘priosto’ de la cena no aparece en las fotos, es porque no es un muchacho ‘aesthetico’ sino un viejo cistítico…
No quiero juzgar estas costumbres de economía estupefaciente emergente. Pero si vuelvo a ver una costosa hamburguesa con la palabra “chucrut de mango” o “reducción de cebollas en whiskey de barril añejado en la casa de Fanny Mickey”, juro retirarme del restaurante con un respetuoso “esto lo pagará su madre”.
¿Qué tiene que ver esto con el inicio de Eliminatorias? Muy sencillo. La gente que se regocija con el show mencionado es la misma que llenará el Metropolitano de Barranquilla. Y es la misma responsable de la muerte del ambiente futbolero en la “casa de la selección”. Ahora sí, hablemos de nuestro primer partido rumbo a la Copa del Mundo:
Venezuela
De Pékerman a Batista.
La llegada de José Pékerman a Venezuela auguraba el renacer de la selección vinotinto y una vendetta contra Jesurum, eliminándonos del mundial en la última fecha. Sin embargo, al final del día, la vinotinto no renació y Colombia llegó eliminada a la jornada final de Clasificatorias a Catar 2022. Va una ironía.
Luego, los directivos venezolanos retiraron a Pékerman porque su empresario estrella no hizo parte del negocio de la promoción de talentos venezolanos. Razón por la que seguramente Pékerman y Jesurum no se entendieron inicialmente. Van dos ironías.
Para terminar, la federación venezolana contrató a un entrenador sin experiencia en selección de mayores, que servía como técnico “subalterno” de Pékerman y lleva una racha de buenos resultados. Así mismo, ocurrió en Colombia. Ironía número 3.
Así las cosas, es Venezuela la que se está convirtiendo en Colombia, al contrario de lo que vociferan enardecidamente los pensionados que pagan 30.000 pesos por un tamal en Yanuba. ¿Es necesario señalar la cuarta ironía?
Su versión de Venezuela
En los últimos amistosos, el profesor Batista ha fluctuado entre lo que sería un 4-4-2 para jugar de local y un 5-2-2-1 de corte más defensivo que seguramente el que utilizará en Barranquilla este jueves. Inclusive, esta selección puede alternar entre los dos sistemas con los mismos intérpretes. De cualquier forma, Venezuela se fortalece en las transiciones rápidas por las bandas, utilizando a Soteldo y a Savarino alternando entre las bandas y el carril interior para asociarse en los costados y buscar centros para sus delanteros.
La idea de este sistema nace de dos aspectos. Por un lado, la necesidad de explotar el aporte ofensivo de Yeferson Soteldo y poder prescindir de su irregular esfuerzo defensivo. Y en segundo lugar, Venezuela cuenta con abundantes centrales pero no tiene un lateral izquierdo consolidado en el equipo, hace muchos años.
Para solucionar ambas situaciones, Machís (o Rosales) alterna entre mediocampista y lateral izquierdo mientras que Mago (o Chancellor) cumple un rol de stopper/central por ese costado. De esta manera, Venezuela pretende contar con un tándem defensivo entre carrilero y central izquierdo, mientras que en ataque cuenta con Soteldo y el mismo carrilero para la fase ofensiva.
En el resto del campo, se mantienen aspectos ya conocidos de la ‘vinotinto’ como el tradicional ‘doble 5’ con Herrera y Rincón más la eterna posibilidad del juego largo con Salomón Rondón.
Claves para la victoria ante Venezuela
Mantener la dinámica
Antes de hablar del rival, la principal clave para tener unas buenas Eliminatorias es no abandonar la idea de juego que estableció el DT en este año de amistosos. Como lo manifesté en el análisis de la lista de convocados (léalo acá), romper el balance entre la intrepidez de la juventud y el estatus quo de los experimentados, podría resultar en una regresión a lo visto en las últimas y tristes Eliminatorias de la selección.
No quiero imaginarme una selección carente de oxígeno en sus pulmones para presionar al rival en Barranquilla (a las 6:00pm) y que no muestre la intensidad de juego que vimos en Alemania hace unos meses. Muchos queremos ver a James y a Juanfer rompiendo defensas rivales con sus pases; pero no sacrificando aspectos como la recuperación rápida del balón o la movilidad que requiere el 4-3-3 del profesor Lorenzo.
El reto para el cuerpo técnico es balancear la presencia del talento en la cancha con la exigencia táctica. Todo esto manteniendo un camerino tranquilo, sin conflicto de egos, ni mucho menos los famosos golpes de estado blandos que tanto suenan durante los almuerzos de cierto General retirado… y no me refiero al cantante del ‘Meneito’.
Juego físico y aéreo
Mi trauma con Salomón Rondón es un gol que le marcó a la selección Colombia de Pékerman, rumbo a Brasil 2014, llevándose por encima, deshonrosamente, a Amaranto Perea (hoy asistente Técnico del profesor Lorenzo). Gracias a ese trauma, y a la talla de los numerosos centrales de la vinotinto, me sentiría más tranquilo con la presencia de Yerry Mina en la defensa en Barranquilla junto a Lucumí.
Estos ojos han visto a Cuesta sufrir con centrales muy poderosos en el juego aéreo y, dado que el resto del posible XI inicial no es precisamente un equipo de gigantes, me decanto por compensar con el discutido central, que, además de todo, nos otorga muchas posibilidades en jugadas a balón parado.
Reinaldo Rueda nos defraudó en muchos aspectos. Y el juego aéreo fue uno de ellos. No tanto por usar o no al central de la Fiorentina, sino por la carente estrategia mostrada para este tipo de acciones. Para evitar la sequía goleadora que sufrimos en las últimas Eliminatorias, esperemos un mejor trabajo en este sentido.
Paciencia
Como ya lo vimos, Venezuela podría armar un sólido muro defensivo con 5 defensas, agazapándose para buscar oportunidades en el contragolpe. Rumbo al mundial anterior, bajo el mando de Carlos Queiroz, tuvimos la fortuna de abrir el marcador rápidamente; pero esta vez puede ser distinto. Por este motivo, se pondrá a prueba la paciencia del juego de posición del seleccionado colombiano. Cuando llega la presión del tiempo, empiezan las búsquedas individuales, las malas decisiones y, en la época de Reinaldo, los cambios desesperados.
Tenemos jugadores creativos y desequilibrantes, desde Juanfer y James hasta Lucho Díaz y Sinisterra. En mi opinión por ellos pasarán las soluciones si el cero a cero persiste; y no en los lanzamientos aéreos desesperados de algún lateral con el área llena de centrodelanteros embotellados.
Por estas razones, hago el llamado de paciencia a los jugadores y al cuerpo técnico por igual. Acá el único que debe entrar en pánico es el candidato a la alcaldía de Bogotá que tiene un contrato firmado con una entidad pública.
Match-ís con Muñóz
Según lo mencionado, una de las fichas principales de la selección del DT Batista, es Darwin Machís, sobre todo en ataque partiendo como un carrilero. Muchas veces, los carrileros generan confusión en la defensa rival; en ocasiones estos carrileros obligan al extremo rival a retroceder excesivamente o al lateral a marcar muy adelante, dejando espacios a su espalda. Y esta es una ventaja que no se le puede otorgar a uno de los mejores extremos del fútbol venezolano, que viene en buena forma en el Cádiz de España.
Consecuentemente, debe existir un plan de relevos entre Daniel Muñóz, el extremo que lo acompañe y el resto del sistema defensivo para contener, no solamente a Machis, sino a Soteldo, y su aporte por este costado. Ojo con eso.
¿Cómo alcanzaremos la victoria contra Venezuela?, opine.
¿Cómo cree usted que resultará esta disputa entre los discípulos de Pékerman?, ¿Debe ser un resultado asegurado o el partido tiene tinte de ‘clásico’ y puede darse cualquier marcador?
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